Me resulta curioso el hecho de que en San Juan se haya tomado por costumbre la idea de apuntar en un papel tres cosas que quieres y tres cosas que no quieres y tirarlo a la hoguera.
Sin duda alguna lo que más me puede llegar a llamar la atención es que todos pensamos: "menuda bobada", pero aún así, por si acaso, lanzamos nuestros papelitos con deseos al fuego con la esperanza de que se cumplan.